miércoles, 9 de marzo de 2011

despiertas


Despiertas..., parece que juega el sueño contigo y soy algo lejano que se descubre a sí mismo. Dejas escapar el mismo silencio que es parte tuya y es parte mía. Eres ahora un espacio finito y aprietas mis manos en silencio.
Nos invade el mismo misterio.
Tus manos en las mías se funden con desnudo encanto y así dejas que el tiempo sea tuyo y así, el mismo tiempo es mío.

jueves, 3 de marzo de 2011

ayer te defendí


ayer defendí tu cielo, tu luz, tu sol.

ayer con mis dientes y mis garras, defendi tu espíritu, tu sonrisa, tu mirada.

ayer, no por primera vez, con pasión, te defendí, y aún seguiría batallando contra la ignorancia, la oscuridad,
con todo lo que tengo y más,
seguiría luchando y destrozando la palabra inútil, el verbo de infinita vaciedad.

ayer defendí tu ser y tu sustancia de la brutal indecencia de no saber ver
y luego con ganas de seguir, hambriento de batalla, erguido en mi potencia
te vi, en tu delicada luz, desnuda, tantas veces enfrentada a ellos y comprendí,

la suma de batallas que te han encerrado detrás de esas murallas, en el castillo palacio solitario, donde pintas tus luces y se apartan las sombras.

cuantas razones, cuantos desengaños,
que como pesadas rocas, memoria de cada camino, recogidas en cada cruce, mojones de cada temporal destino, cargas.

y entendí que si la bolsa de piedras que arrastramos es tan pesada, seguro que es momento de dejar caer alguna, alivianar el peso, resolverse a entender que ya se ha pagado por lo que se es, y sin culpa ni verguenza se debe disfrutar de ello, pues si hubo deuda, el cargo se ha saldado.

Y luego descansamos, la batalla ya no es necesaria, sin embargo déjame estar alli, por las dudas.

el hoy es pasado, pertenece al ayer en el que te defendí. El mañana es incierto, pero hermoso si lo caminamos sólo con el peso seleccionado para que equilibre nuestro paso.



no por nada, ayer te defendí