viernes, 9 de diciembre de 2011

La pantera aprende de la mariposa


La pantera aprende de la mariposa,
en su negra oscuridad impenetrable y suficiente,
observa y estudia el movimiento leve de la mariposa

Indiferente a lo que la rodea, sin embargo mortal

jueves, 17 de noviembre de 2011

ayer me hablaron de ti

ayer me hablaron de ti
y fue dulce, suavemente,
como la frescura del agua de aljive en primavera.

ayer, en el momento menos pensado, me hablaron de ti,
con cariño y afecto
y me trajeron viento cálido entre los árboles y pinceles con colores vivos y fuego de leña de monte.

me trajeron de las tardes su mejor hora y de la música, el silencio; y de la piel, los momentos.
me trajeron el humo de la espera y el perfume de la vida; las puertas abiertas y las sonrisas.
y arena blanca inmaculada y mar profundo, cristalino y el celeste luminoso del cielo de enero.

ayer deje que las palabras fueran perfume de vida, pinceles y arena y mar;
y fuego de leña de monte, y puertas abiertas, y de las tardes su mejor hora;
y un mar cristalino, y agua fresca de aljive, y cielo de verano.

ayer sin que me diera cuenta me supieron hablar de ti
y deje que hablaran porque las palabras eran dulces, porque era suave, con cariño y con afecto;
y porque con las palabas ajenas te abracé.

miércoles, 13 de abril de 2011

con que verde te puedo pintar

me gustas con el cabello suelto,
respetando la libertad del viento,
la caricia del sol,
y la nostalgia del atardecer

¿pero con que verde te puedo pintar?, si no se conjugar colores;
si no entiendo estas realidades, y sólo sumerjo el pincel, dejando que corra por la tela de tu cuerpo en mi mente.
dialectica de intuitivos colores, que me alejan o acercan según el día, según la noche.

en alemania tienes el cabello negro y los ojos verdes, en osaka caminas delicada y singularmente, y en madrid bailas con un vuelo de tu falda castellana y sin embargo,

aún asi no he aprendido, con que verde olvido puedo pintar tu realidad, en el lienzo nuevo de mi soledad.

domingo, 3 de abril de 2011

la noche trajo tu presencia


la noche trajo tu silueta, hermosa vanidad de ojos rojos y labios secos.
dejaste su ala negra descansar y suspiraste, esperando con la mirada perdida un horizonte.

miércoles, 9 de marzo de 2011

despiertas


Despiertas..., parece que juega el sueño contigo y soy algo lejano que se descubre a sí mismo. Dejas escapar el mismo silencio que es parte tuya y es parte mía. Eres ahora un espacio finito y aprietas mis manos en silencio.
Nos invade el mismo misterio.
Tus manos en las mías se funden con desnudo encanto y así dejas que el tiempo sea tuyo y así, el mismo tiempo es mío.

jueves, 3 de marzo de 2011

ayer te defendí


ayer defendí tu cielo, tu luz, tu sol.

ayer con mis dientes y mis garras, defendi tu espíritu, tu sonrisa, tu mirada.

ayer, no por primera vez, con pasión, te defendí, y aún seguiría batallando contra la ignorancia, la oscuridad,
con todo lo que tengo y más,
seguiría luchando y destrozando la palabra inútil, el verbo de infinita vaciedad.

ayer defendí tu ser y tu sustancia de la brutal indecencia de no saber ver
y luego con ganas de seguir, hambriento de batalla, erguido en mi potencia
te vi, en tu delicada luz, desnuda, tantas veces enfrentada a ellos y comprendí,

la suma de batallas que te han encerrado detrás de esas murallas, en el castillo palacio solitario, donde pintas tus luces y se apartan las sombras.

cuantas razones, cuantos desengaños,
que como pesadas rocas, memoria de cada camino, recogidas en cada cruce, mojones de cada temporal destino, cargas.

y entendí que si la bolsa de piedras que arrastramos es tan pesada, seguro que es momento de dejar caer alguna, alivianar el peso, resolverse a entender que ya se ha pagado por lo que se es, y sin culpa ni verguenza se debe disfrutar de ello, pues si hubo deuda, el cargo se ha saldado.

Y luego descansamos, la batalla ya no es necesaria, sin embargo déjame estar alli, por las dudas.

el hoy es pasado, pertenece al ayer en el que te defendí. El mañana es incierto, pero hermoso si lo caminamos sólo con el peso seleccionado para que equilibre nuestro paso.



no por nada, ayer te defendí

miércoles, 16 de febrero de 2011

recuerda ese día

"recuerda ese día,
y recuerda lo que sentías".
Y ahora recuerda las caricias, el encuentro y la pausa. Conocernos como extraños y reconocernos como iguales.
Por eso te pido que "recuerdes la luz que nos iluminaba."
Y tu me dirás, que recuerde esa noche, la angustia y el dolor; la soledad sin esperanzas, el desencuentro y la frustración.
Y me dirás, "recuerda la oscuridad que nos separó".
Si, princesa: recuerdo el día y la noche. El sol y la luna, las dos partes de tu ser y del mío.
y confío
en la luz que atesoramos y nos defiende de la oscuridad.

lunes, 7 de febrero de 2011

como luz en hermosas direcciones

Como lúz en hermosas direcciones,
entre colores brillantes y ocres saludables; dulce, atenta y en silencio,
avanzas por el puente de la vida.

domingo, 9 de enero de 2011

en tu esencia

en tu esencia existen dos mujeres;
dos mujeres que son una, en dinámica constante.
Una y otra se alternan, posan y se esconden. Son el sol y la luna; la claridad y el enigma. La que te da y la que te quita.

Confío en ti. Eres como una ola, me llevas y me traes, me acunas y me agitas, pero en esencia sigues siendo como el mar. Natural y libre, a veces asustada de tu propia personalidad; de tu poder, de tu naturaleza.
Aquel que recela de ti, se ahoga. Yo aprendo todos los días a navegar por tus soles y disfrutar de tus lunas, a descansar en tus calmas y amarrarme al mástil en tus tormentas.
Conocerte fue sencillo, encontrarte es difícil. Porque esa dualidad se vislumbra pero no la dejas apreciar. La guardas, escondida en tu interior, no como un tesoro, sino como un águila que no quieres liberar y dejar volar.
Tus instintos celosamente ocultos quieren explotar, aflorar como magma, romper con el esquema, no se resignan.
Esa mujer que es parte de ti, tanto como la que conocen los que no te conocen, la veo y la vi, en cada minuto, en cada instante contigo.
Y la sigo viendo;
la reconozco en cada flor, en cada pájaro. La intuyo en el negro cuando oscurece el blanco; en el rojo que se mezcla con el azul. En el perfume de la gramilla cuando caen las primeras gotas de lluvia de verano; en la calma que antecede la tormenta.
Porque esa mujer intuitiva, pura rebeldía, esencial y salvaje, es la que se expresa en la mujer ciudadana, oficialmente aceptable.
Yo que te quiero acepto y aprecio tu dualidad necesaria y natural. No le tengo miedo a la mujer escondida, no trato de dominar tu instinto ni refrenar tus necesidades. Sólo busco amar de la mejor forma que soy capaz.